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martes, 14 de mayo de 2013

DANDO CUENTAS EN ROMA


Comienza en Roma la Asamblea General Anual de las Obras Misionales Pontificias con la participación de 120 directores nacionales de los 126 países donde están establecidas. La inauguración de dicha Asamblea ha estado a cargo del Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, Cardenal Fernando Filoni.
En su discurso a los participantes el Cardenal se ha hecho referencia a las situaciones y lugares en los que el anuncio del Evangelio se encuentra con mayores dificultades por las persecuciones, la pobreza, la violencia y los conflictos entre los países. Mons. Filoni ha señalado que:"ante estas y otras situaciones hay que ser fieles al carisma de las Obras Misionales Pontificias, que no es sólo un exponente de la universalidad de la Iglesia, sino también de la fraternidad de la única familia humana. Las Obras Misionales no son universales por razones jurídicas sino porque en la entraña de su fundación late el sentir de la universalidad".

Ha subrayado, además, no sólo el carácter pontificio sino también el episcopal de las Obras. Esta doble dimensión de las mismas hace posible que la Iglesia universal se haga presente en la Iglesia local y particular. En cuanto al carácter pontifico ha recordado lo que el documento Pastor Bonus señala sobre competencia irrenunciable que le ha sido encomendada a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos para coordinar y dirigir la actividad misionera de la Iglesia y la responsabilidad para la distribución de los subsidios económicos para atender esta actividad. Esta dependencia no constituye una limitación a las Obras Misionales Pontificias sino la garantía de una justa distribución y la certeza de que las aportaciones de los fieles llegan a su destino.
La Instrucción Cooperatio Missionalis le ha servido para situar la competencia de las Iglesias locales y de las mismas conferencias episcopales al servicio de las Obras Misionales Pontificias. Su carácter episcopal ni se contrapone ni es alternativa a la dimensión pontificia. Es un único el objetivo: la difusión del Reino de Dios y de Cristo a todas las gentes. Las Obras Misionales Pontificias son un instrumento privilegiado en manos de los obispos para la cooperación misionera en su triple dimensión: animación, formación y envío.
Las sesiones de trabajo posteriores a las palabras de acogida, comenzaron con la intervención del Presidente de las Obras Misionales Pontificias, Mons. Protase Rugambwa, recientemente nombrado para este cargo. Después de presentarse y saludar a los participantes señaló que el principal objetivo de estos días es compartir, intercambiar y planificar la tarea como directores al servicio del Evangelio. Apoyándose en las palabras de Juan Pablo II de la encíclica Redemptoris Missio, dejó claro que la misión amplia los horizontes de la pastoral. La contemplación de los nuevos espacios de evangelización alumbra nuevos compromisos evangelizadores. Así le sucedió a Pablo y por eso descubrió la necesidad de la cooperación entre las Iglesias.
Las Obras Misionales son medios para despertar la visión universal. Para ello es necesario actualizar e inculturar el carisma de Paulina Jaricot. Recordó las recientes palabras del Papa Francisco el 24 de abril por las que invitaba a no encerrarse en uno mismo ni enterrar el talento recibido.
Una de las prioridades es trabajar juntos y entre todos para que se fortalezca la principal característica de las Obras Misionales, el apoyo a la primera evangelización. Algo sólo posible si hay una buena planificación de los objetivos y las correspondientes actividades encaminadas a la misión ad gentes.
Dedicó los minutos finales antes del coloquio a enumerar los grandes problemas de carácter económico que han de resolver la Asamblea, especialmente la Obra de San Pedro Apóstol, así como la financiación de los Colegios Pontificios a través de la Fundación Domus Missionalis.
Por la tarde comenzaron las sesiones de reflexión sobre cuestiones referidas a interrogantes que los directores tienen planteados en el ejercicio de su trabajo ordinario. Correspondió al padre Vito del Prete la presentación de la cuestión sobre las Obras Misionales Pontificias y su dependencia jurídica que en teoría está muy bien resuelta, especialmente en la Instrucción Cooperatio Missionalis, pero en la práctica entraña no pocas dificultades. Desde esta perspectiva propuso a los grupos lingüísticos la reflexión sobre las siguientes cuestiones: El hecho de que las Obras Misionales Pontificias sean episcopales, ¿no está disminuyendo la universalidad? Esta dimensión episcopal puede hacer que la misión se reduzca a una visión más particular que universal. ¿Cómo crear armonía entre la universalidad y la particularidad? En el horizonte está la cuestión de que en las diócesis la inmediatez de las urgencias locales impide el compromiso con la cooperación universal. Y, por último, cómo conservar el sentido del Fondo Universal de Solidaridad ante la demanda de ayudas particulares y locales, y ante los argumentos favorables de que lo inmediato suscita mayor cooperación que lo lejano y anónimo. ¿Qué cambios habría que hacer para lograr esta complementariedad? La reflexión sobre estos interrogantes centró el trabajo en grupos que llevaron a cabo los participantes durante la tarde. El fruto de esta reflexión de los diversos grupos se expondrá a lo larga de la mañana de hoy, segundo día de la asamblea.