Hoy más que
nunca los niños del mundo necesitan unos de otros. Ellos pueden sentir la
necesidad de apoyarse y ayudarse. Es cierto que no pueden eliminar el
sufrimiento de quienes padecen la marginación y el hambre, pero pueden vivir la
experiencia de abrir los brazos y el corazón para acoger a los demás como lo
hizo Jesús. El corazón de un niño no tiene fronteras.
miércoles, 16 de enero de 2013
POR Y PARA LA INFANCIA
Publicado
11:36
Por
Misiones Terrasa
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Esta noticia ha sido publicada en:
Infancia misionera
,
Jornada