"Lo primero de todo, quiero agradecer a Dios ésta oportunidad. Agradecerle el haberme acariciado, el haberme dejado ver el dulce rostro de Jesús a través de todas éstas personas", nos dice María Elvira, joven de Baena (Córdoba) de su vivencia de éste verano en el Campo de Inmigrantes de Ceuta.Tomás, misionero en Kenia nos dice: "Os estoy muy, muy agradecido por todo lo que hacéis por nosotros que estamos en primera línea. Que el Señor os mantenga alegres y gozosos en su paz".
Afirma Ignacio, joven sevillano de su experiencia misionera vivida en Perú."Uno se reafirma en una fe que se endurece y se refuerza cuando ve que no hay ataduras ni fronteras al amor".
Petri, madrileña, nos habla de su vivencia con las hermanas Misioneras de la Caridad de Madre Teresa en Sierra Leona, y nos dice: "por tercer año consecutivo las hermanas me han vuelto a acoger a mí y a mis compañeros con el mismo amor y cariño con el que acogen a las personas más necesitadas, dándoles comida, medicinas, vitaminas... y mucho, mucho amor".
