El acto simbólico de entrega
tuvo lugar el pasado domingo en la celebración de la misa de Cristo Rey de
clausura del Año de la fe. Ante una gran multitud, con la presencia por primera
vez en un acto público de las reliquias del apóstol Pedro, al final de la
celebración, el Obispo de Roma entregó simbólicamente su exhortación apostólica
Evangelii gaudium a 36 representantes del pueblo de Dios provenientes de 18
diversos países.
Al inicio de la exhortación
apostólica el Papa dice: “quiero dirigirme a los fieles cristianos para
invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría, e indicar
caminos para la marcha de la
Iglesia en los próximos años”. Ciertamente el Papa ve la
clave de la evangelización en la alegría que viene de la fe en el Evangelio. De
hecho el capítulo primero se llama “La alegría que se renueva y se comunica” y
el segundo “La dulce y confortadora alegría de evangelizar”, un deseo expresado
por Pablo Vi en la
Evangelii Nuntiandi (n. 75) y que el papa Francisco ha
repetido ya desde antes de su elección.
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