OMPRESS-MADRID (17-3-14) El secretario
general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil
Tamayo rindió esta mañana un homenaje a los miles de misioneros presentes en
los escenarios más duros del mundo y pidió “avivar” el sentido misionero de la
Iglesia para reponer a los 14.000 misioneros españoles.
El secretario de la CEE afirmó que se habla
mucho de cooperación internacional, y aclaró que la Iglesia tiene una “vieja
tradición de cooperación internacional”, sobre todo a través de sus misioneros,
que son “lo mejor de nuestra iglesia”. El portavoz añadió que los misioneros
representan la Iglesia de la esperanza, entre los pueblos más desfavorecidos del
mundo.
Entre las numerosas cuestiones de
actualidad, Gil Tamayo abordó el problema de la inmigración, y pidió que se
eleve la mirada para no enfocar este tema sólo como una “política de frontera”,
sino buscando en los países de origen las causas del éxodo al que miles de
personas se ven abocadas por la violencia o el hambre.
El portavoz de la CEE quiso desvincular el
problema de la inmigración de la coyuntura política de un momento concreto y
afirmó que se trata de una “res publica” en el sentido más amplio de la
solidaridad y la ayuda a quien más lo necesita.
En su intervención, titulada “De Benedicto
XVI al papa Francisco”, se refirió a la difícil herencia del Pontificado del
Papa Ratzinger, que debía sustituir al que será proclamado santo el próximo 27
de abril y que fue conocido entre otras cosas por ser el Papa de “la Iglesia
misionera”. Después de destacar la última lección del “desprendimiento” de
Benedicto XVI, subrayó el deseo del Papa Francisco de poner a la Iglesia “en
estado de misión permanente”.
Gil Tamayo sostuvo que el Papa argentino
trajo a “esta vieja Iglesia de 2000 años extendida por todo el mundo, y por
ello católica”, la “alegría” de su estilo “profundo y sencillo”, que busca
llevar la primacía del Evangelio a toda la gente.