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miércoles, 20 de mayo de 2020

EL COVID 19 "MUERDE" EN LOS BARRIOS BAJOS.

"El distanciamiento social aquí sigue siendo un objetivo difícil de lograr y en algunos casos absolutamente irrealista. Sólo podemos esperar que el contagio no avance", así lo dice a la Agencia Fides el padre Andrew Bwaalya, director de la revista comboniana "New Peole" describiendo la situación en Kenia, donde el encierro, con el toque de queda impuesto al atardecer está vigente hasta las 5 de la mañana.
El religioso comboniano cuenta un ejemplo explicativo: "En la capital, se encuentra Kebira, el barrio marginal más grande de África donde vive un infinito número de personas en 2,5 Kms. cuadrados (las estimaciones, no verificables, oscilan entre medio y un millón de personas). No hay un plan urbano, las casas suelen ser chozas con varias familias que comparten los mismos baños. No hay una red regular de calles, por lo que para llegar a un lulgar uno se ve obligado a pasar por los callejones y entrar en contacto cercano con cientos de personas. Y Kebira, es solo uno de los muchos guetos donde viven apilados miles de personas en Kenia.
A principios de Abril, las autoridades gubernamentales impusieron el bloqueo y el toque de queda desde las 7,00 p.m. hasta las 5.00 a. m., y las medidas se han extendido duramente contra quienes infringen las medidas. "Muchas personas tienen que salir para ir al trabajo en la ciudad, el transporte en esta etapa se reduce y el riesgo de estar aún por la calle después de las 19.00 es muy real. El gobierno ha asignado 100 millones de dólares para ayudar a aquellos particularmente afectados por la pandemia y distribuirá 2.500 chelines (aprox. 240 dólares) por familia pobre.
El bloqueo, explica el misionero, ha afectado inevitablemente a las comunidades cristianas que se enfrentan a la imposibilidad de celebrar los ritos y las reuniones. "Todas las iglesias están cerradas y nadie puede ir a celebraciones litúrgicas porque corre el riesgo de ser arrestado. Las parroquias a su vez se dividen en pequeños grupos y comunidades, más o menos 20 familias en la misma área, que se autogestionan, coordinadas por el párroco, con reuniones de oración y se ayudan mutuamente en sus respectivas necesidades.

FUENTE: Agencia Fides